martes, 15 de diciembre de 2009

¿Apego?

Estar apegado o enamorado implica sentir la necesidad (no el amor!!)…la necesidad de estar con la otra persona…y de querer tenerla aquí, todo el tiempo!…
Estar enamorado es depender de los actos y de las emociones del otro…
Estar enamorado es…ya lo decía Raphael “confundir lo mío con lo tuyo”…y ahí empieza el problema…“Darse cuenta del llanto más callado es estar enamorado/a”…

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Controversia?


Hoy quiero abordar un tema que para muchas personas continúa siendo difícil de tratar a pesar de vivir ya la antesala del 2010... La diversidad sexual...

Primero quiero decir que la verdad, me da gusto que algunas personas difieran de mi punto de vista…que bueno!…sería aburrido y nefasto pensar en serie…pero si sé hay que pensar en serio!

Creo que debemos por empezar en comprender profundamente el punto de vista de la diversidad…de la diferencia…lo cual no quiere decir que si no piensas de tal o cual manera andes perdido por la vida…No todos los seres humanos sienten en el mismo sentido, por suerte! ... Pero cuando alguno(a) de ellos decide mostrarlo al mundo saltan las personas señalando como "antinatural" sus sentimientos...

Dicen por ahí que para que el mundo sea perfecto…debe contener toda manifestación humana…diferentes razas, creencias, preferencias, gustos, orientaciones sexuales, bipolaridades hasta bisexualidades…
Nuestro sexo ahí lo traemos puesto, debajo del ombligo anatómicamente: niño o niña… Fisiológicamente parece que incluye todo nuestro cuerpo…porque si sabes excitarte y trabajar en ello…todo tu cuerpo vibrará y tu conciencia será otra: tus acciones cambiaran tu vida y entonces serás feliz porque te transformarás pensando como piensas, emocionándote como te emocionas y amando como amas…si amas!…

Nuestra sexualidad también la traemos puesta, pero en una dimensión sofisticada y fascinante…y al habitar esa línea de sexualidad humana: psicológica, emocional, intelectual y espiritual…vemos que existen paradigmas que más vale dejar en el olvido…

En nuestra vida…en una dimensión consciente no es lo mismo besar por besar a saber que ese beso te fascina porque existe atracción sensual y sexual…saber que las feromonas hacen lo suyo en el cuerpo físico y el amor a nivel emocional te marea…cambia toda la dimensión de la relación…

Pero si ignoramos nuestro organismo y lo esencial de la vida…si ignoramos nuestra tarea en el universo y en la vida…seremos infelices y nada nos parecerá bien…criticaremos y el dedo no dejará de señalar…es importante auto-conocerse... Así como es urgente reprogramarnos, cuestionar…analizar y comprender lo que la humanidad ha aprendido en cuestiones del amor, la sexualidad, el conocimiento de nuestro ser interno…ético…de preferencia…

Lamento que a veces estos temas le paren los pelos a más de uno!!!…ni modo!…es un punto de vista y nada más…la vida es de muchas maneras, tantas como seres humanos hay en la tierra…

Solo hay de dos opciones en cuanto a la sexualidad: la sexualidad violenta, agresiva, lujuriosa, antihigiénica, pornográfica, frustrada, desordenada igual que las emociones y los pensamientos o la otra apasionada, impregnada de amor ternura y ganas e intensidad, ordenada, lúcida, pacífica…
Ambas con todos los matices posibles, lineamientos éticos y personales pero como en todo con límites…Muchas personas se ponen limitaciones antes de llegar al limite los cuales son necesarios…Investígalos, analízalos y si te convencen y convienen aterrízalos en tu vida…

Respetar, incluir, aceptar son palabras que me parecen cortas para reflejar lo que debe de existir respecto al tema de la sexualidad de cada persona, simplemente es cuestión de vivirla y no avergonzarse de ella... y para la cruel sociedad juzgarse a sí misma y mirarse en el espejo reflexionando si las relaciones que hemos construido son tan perfectas como para juzgar a los que sienten de otra forma y reconociendo que en este mundo todos merecemos ser felices por derecho...

Haz algo por ti y el mundo cambiará…

lunes, 23 de noviembre de 2009

¿Querer o Amar?


El amor es una palabra muy maltratada. Tras sus cuatro letras se cobijan, cobardes, los celos, los miedos, las exigencias y las carencias. En su nombre se cometen abusos que salpican de tristeza las vidas de las personas. Asociamos su significado con grandes e incontrolables pasiones, que marcan a fuego las relaciones. Sin embargo, pocas veces cuestionamos si ese "amor" es sano y beneficioso, tanto para quien lo da como para quien lo recibe. Y es que en demasiadas ocasiones confundimos "amar" con "querer".

El sistema de creencias que hemos construido a lo largo de nuestra existencia nos convierte en esclavos de nuestras limitaciones. Desde pequeños nos enseñan a temer los cambios y a desconfiar de lo nuevo y lo desconocido. En la mayoría de los casos crecemos sin aprender a gestionar eficientemente nuestra vida emocional, buscando fuera de nosotros mismos el equilibrio, el bienestar y la felicidad. Así, en nuestras relaciones cotidianas interactuamos con los demás con el objetivo –consciente o inconsciente- de ser queridos, aceptados y valorados.

Muchas veces esperamos que el otro cubra nuestras carencias, se adapte a nuestras expectativas y cumpla nuestras exigencias. En este mal llamado "amor" caben los celos, el egoísmo, la posesividad y la desconfianza, reflejo de nuestros miedos e inseguridades. Y como apunta el refrán "quien bien te quiere te hará llorar", a menudo este "amor" distorsionado va de la mano del dolor. Así, muchos aprendemos a querer egoístamente, desde el deseo de poseer aquello que nos interesa. Pero, ¿acaso eso es amor?

Cambio de paradigma
"El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece", Jacinto Benavente


Aunque puedan parecer sinónimos, "querer" y "amar" son dos palabras con matices muy distintos. Querer implica buscar fuera de nosotros mismos algo que creemos que nos falta, y en lo que muchas veces basamos (erróneamente) nuestra felicidad. El concepto "querer" lleva implícita la idea de posesión. Es un acto inconsciente, una búsqueda para suplir carencias internas. Te quiero…para que me des cariño, me acompañes, me escuches y aportes –de un modo u otro- satisfacción a mi vida. Amar, por el contrario, supone un cambio de paradigma, dar sin esperar recompensa alguna. Es un esfuerzo consciente, un acto de altruismo y de humanidad, una actitud ante la vida.

Querer suele ser fuente de sufrimiento. Cuando queremos a nuestra pareja, a nuestros padres o a nuestros hijos, depositamos en ellos ciertas expectativas. Y cuando éstas no se cumplen, sufrimos. Amar significa desear lo mejor para el otro, aunque siga un camino distinto al que nosotros hubiéramos escogido. Es una conducta desinteresada, y produce un gozo profundo y liberador, pues transforma más al que ama que al amado.

En última instancia, romper la inercia de los patrones de conducta que nos llevan a querer en vez de amar depende de cada uno de nosotros. Consiste en dejar de ser víctimas y pasar a ser responsables de nuestras relaciones. Y el primer paso para lograrlo es quitarnos la venda que llevamos sobre los ojos, tejida con nuestras creencias, nuestra desconfianza y nuestros miedos. Sólo así podemos dejar de buscar afuera lo que llevamos adentro.

Aprender a amar
"Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida", Albert Einstein


Cada día más seres humanos estamos dejando de querer para empezar a amar. Este aprendizaje consiste en dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento, abandonando la creencia de que nuestra felicidad depende de factores externos. Y es que más allá de nuestras reacciones impulsivas e inconscientes, el verdadero amor se fundamenta sobre la responsabilidad y la consciencia.

Los grandes maestros y filósofos aseguran que "amar a los demás como a nosotros mismos" es el camino que nos conduce a la plenitud. Amar es sinónimo de aceptar, respetar, valorar, agradecer, ofrecer y servir. De ahí que podamos amar en prácticamente todas las facetas de nuestra vida. Y paradójicamente, cuanto más amor damos, más plenos nos sentimos. Es un acto que nos conecta con lo más profundo de nosotros mismos, con nuestra verdadera naturaleza.

Adoptar el amor como forma de vida es un reto que implica un entrenamiento diario. No en vano, amar supone superar nuestras limitaciones, comprometernos con nuestro bienestar y el de aquellos que nos rodean. Es una apuesta por vivir desde nuestra esencia, en armonía con nuestra realidad. Se trata de una elección voluntaria y consciente que determina nuestra actitud al ir a hacer la compra, al lidiar con nuestro trabajo, al compartir con nuestra familia, nuestros amigos y nuestra pareja. Basta con que cada mañana, antes de salir de casa, recordemos que cuando amamos nadie pierde y todos salimos ganando.

Reflexionando...
¿Qué obtienes cuando consigues lo que quieres?
¿Qué te impide amar a los demás tal como son?
Si no te amas a ti, ¿a quién amarás?

viernes, 23 de octubre de 2009

Evasión o diversión


El tiempo de ocio es un preciado tesoro para cualquier ser humano. Tras cinco días de intensa actividad laboral, el fin de semana se vislumbra como un oasis. Es un espacio conquistado con esfuerzo. Pero cuando llega el momento de disfrutarlo, ¿en qué lo invertimos? La mayoría nos dedicamos a realizar un sinfín de actividades que prometen, de un modo u otro, lo que coloquialmente se conoce como "diversión".

Las opciones son de lo más variadas, aptas para todos los gustos. Y por lo general, tienen como denominador común el verbo hacer. En consonancia con la sociedad acelerada de la que formamos parte, llenamos nuestro tiempo libre consumiendo entretenimiento, es decir, haciendo cosas. De este modo intentamos zafarnos del molesto aburrimiento. Aunque, pese a nuestro empeño, no siempre lo logramos.

El aburrimiento es un síntoma que indica que algo no marcha bien en nuestro interior. Puede surgir en cualquier contexto, situación o compañía, y suele ser el preludio de una paulatina y tediosa sensación de vacío. Y ya sea por miedo o inseguridad, en vez de enfrentarnos a ese malestar solemos optar por seguir haciendo. Así es como convertimos la diversión en evasión, posponiendo al máximo el momento de enfrentarnos a nosotros mismos y preguntarnos: ¿de qué estamos aburridos? O dicho de otro modo, ¿qué necesidad tenemos de entretenernos?

La cultura del entretenimiento
"La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio", Antoine de Saint-Exupéry


La cultura del entretenimiento en la que vivimos inmersos deja poco espacio para la reflexión. Así, un día cualquiera, tras una intensa jornada laboral, decidimos que no queremos pensar en nada. Y la incomodidad que a veces nos genera el estar a solas con nosotros mismos nos lleva a acomodarnos en el sofá y a narcotizarnos con las imágenes que fluyen ininterrumpidamente a través del televisor. Otras veces, al llegar el fin de semana, optamos por abandonarnos a la inalterable inercia de escapar de la realidad mediante el consumo de alcohol y el uso y abuso de otro tipo de drogas.

Pero, ¿por qué tenemos esta tendencia a huir de nosotros mismos y de nuestra realidad? Probablemente, porque entrar en contacto con el aburrimiento y con el vacío nos lleva a conectar con nuestros miedos, inseguridades y dolor reprimido. Sin embargo, también nos ayuda a hacernos conscientes de nuestras verdaderas necesidades, que solemos obviar en nuestra eterna búsqueda de satisfacción inmediata. Estamos tan acostumbrados a hacer que nos asusta parar y dedicar tiempo a escucharnos.

Nos han vendido que el dolor, el sufrimiento y la incomodidad desaparecen en cuanto el entretenimiento entra en la ecuación, pero la realidad es que sólo quedan sepultados. Y para evitar que vuelvan a emerger, seguimos cumpliendo los dictados de la cultura del entretenimiento, apostando por el placer momentáneo que proporciona la evasión. Eso sí, por el camino dejamos en un segundo plano el gozo que proporciona la verdadera diversión. La diferencia entre ambas radica en la actitud con la que se vive la experiencia: mientras que la diversión es un fin en sí mismo, la evasión es sólo un medio para escapar del malestar.

Diversión sana y sostenible
"El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento", Erasmo de Rotterdam


La huida y el autoengaño no son sostenibles. Son el problema, no la solución. Por mucho que intentemos llenar el vacío con más y más dosis de evasión, nunca tendremos suficiente. Y es que la única manera de lograr un bienestar interno duradero es enfrentándonos a nuestro malestar. A fin de cuentas, el encuentro con nosotros mismos, con nuestra realidad interior -sea la que sea-, es ineludible e inevitable.

Así, para detener la inercia que nos mueve a vivir en la hiperactividad, es imprescindible aprender a estar a gusto y cómodos con nosotros mismos. Y para lograrlo, hemos de asumir y aceptar lo que sentimos y experimentamos en cada momento. Este ejercicio de honestidad es el primer paso para dejar de hacer y comenzar a ser. Sólo así entraremos en contacto con la verdadera diversión, que nace de la capacidad de asombro y deleite ante las cosas sencillas de la vida.

Una vez abandonamos el alivio temporal que nos proporciona la evasión y nos comprometemos a cultivar nuestro bienestar interno, tomamos consciencia de que conectar con la diversión que nos llena de alegría sólo depende de nuestra actitud. Y es que la auténtica diversión –que es sana y sostenible- no se compra ni se vende. Y tampoco convive con el aburrimiento y la superficialidad: supone libertad, imaginación y creatividad. Hoy podemos hacer una nueva elección: ¿diversión o evasión?

Reflexiona
¿Qué necesidad tienes de entretenerte?
¿Qué consigues mediante la evasión?
¿Qué le falta a este momento para que sea pleno?

Evadirse...


La palabra evadir tiene varios significados:
Evitar con habilidad una dificultad, un daño o un peligro.
Fugarse, escaparse. Distraerse, olvidarse de las preocupaciones.


En este blog me interesa afrontar la última de ellas (Fugarse, escaparse, distraerse, olvidarse de las preocupaciones). Muchas personas recurrimos a este instrumento mental, cuando agobiados por las circunstancias, no sabemos cómo actuar ante los problemas o simplemente nos vemos rebasados por ellos y sus consecuencias, por lo cual, preferimos evadirlos.

Hay formas de evadir, algunas no son tan malas para la mente, algunas generan verdaderos problemas a futuro.

Hablemos de las claramente perjudiciales. Mucha gente se abandona a sí misma ante los problemas, prefiere la aparente solución fácil. Encontrar un equilibrio mental adecuado, con suficiente sensatez para saber afrontar los problemas y resolverlos de manera adecuada, controlando el estrés y sabiendo llevar las emociones como pueden ser la rabia o la tristeza, no es algo fácil, pero es algo que se debe aprender con el tiempo y la experiencia.

Hoy en día, es fácil que en la adolescencia (sobretodo) se empiece con vicios que, llegado el momento, pueden resultar en vías de escape perjudiciales. El tabaco, el alcohol, los porros o la cocaína son las drogas de uso cada vez más frecuente entre los adolescentes. Se acaban convirtiendo en una manera aparentemente más fácil de olvidar temporalmente los problemas y sentirse “bien”, aunque acaben derivando en una cantidad mayor de problemas, ya que al final el problema sigue estando ahí y hemos gastado tiempo, salud y dinero en el consumo de esas drogas, perjudicando irremediablemente nuestra salud y en ocasiones topando con la muerte.

Por otra parte existen las formas “sanas” de evadirse de los problemas. Y digo sanas, porque son formas completamente válidas de ocio y entretenimiento, muy importantes para un equilibrio adecuado en la vida de toda persona que sirven para distraernos en ocasiones… pero en una medida adecuada.

Y es que hay que tener cuidado con esto. Algunas de estas formas de ocio son altamente adictivas, y pueden acabar convirtiéndose en un importante problema. Como en todo, los excesos nunca son buenos. Hay que organizarse, dedicar un tiempo adecuado a cada cosa en nuestra vida según el nivel de importancia que le consideremos.

Si consideramos que nuestro trabajo o un videojuego es lo más importante en nuestra vida, desde luego tenemos un grave problema, pues hay quienes han llegado a dedicar más tiempo a estas actividades que a su vida social, a sus amigos, a su pareja o incluso a su familia. Cuando se dan cuenta de ello, están completamente solos y ya es muy tarde para componer el camino.

Lo mismo puede suceder con gente que se pasa todo el día leyendo, viendo la televisión o navegando por Internet. Son sólo algunos ejemplos.

Detrás de todas estas actitudes generalmente está escondida la “evasión”, las ganas de “evadirse del mundo”, refugiarse en todo aquello que nos ayude a no enfrentarnos a nosotros mismos, a lo que nos duele, a las relaciones terminadas, a nuestros miedos, a las pérdidas, a conocernos mejor y por ende, aún evadiendo, no logramos ser felices.

Hoy en día es muy fácil abandonarse al ocio en lugar de vivir nuestra propia vida, es importante tener en cuenta que parte de nuestro desarrollo como personas incluye dedicarnos a nuestra mente, a nuestro cuerpo y a nuestras relaciones sociales. Por ello, debemos mantenernos alertas a este tipo de conductas y en el momento en las que las consideremos “rebasadas” actuar inmediatamente en consecuencia para corregirlas.

Debemos enfrentar siempre los problemas y las circunstancias de la vida por dolorosas o difíciles que sean, “tomar el toro por los cuernos”, asumir las situaciones y tratar de comprenderlas, asimilarlas y resolverlas, nunca esconderlas debajo de los “tapetes”, pues cuando salgan a la realidad serán aún más complicadas, dolorosas, espinosas…

Esta actitud, (la de enfrentar los problemas), sólo la logran las personas valientes, honestas consigo mismas y con los demás; únicamente conseguiremos ser valientes si trabajamos arduamente en ello, sabiendo que hay un precio irremediable que habremos de pagar por haber sido sinceros y no evadirnos.

viernes, 16 de octubre de 2009

La necesidad de cambiar...


"La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo", Herman Hesse

La sociedad en la que vivimos pide a gritos un giro de 180 grados: dejar de centrar la atención en lo que sucede fuera y empezar a escuchar lo que nos pasa adentro. Aunque los seres humanos hemos evolucionado mucho las últimas dos décadas -tecnológicamente hablando-, las estadísticas revelan que la depresión, el estrés y la ansiedad han aumentado exponencialmente en este mismo período de tiempo.

Todo este sufrimiento, que se manifiesta en el plano físico en forma de enfermedad, es un indicador de lo mucho que los seres humanos hemos descuidado nuestra evolución como personas. Buen ejemplo de ello es que todavía no sabemos cómo crear un bienestar emocional sostenible, ingrediente indispensable para disfrutar de una vida plena.

Sin embargo, la necesidad de profundizar en la causa real de nuestro malestar está llevando a cada vez más personas a querer descubrir cómo funciona la mente y de qué manera nos manipula. También a aprender a dirigir conscientemente el pensamiento positivo, así como a gestionar más constructivamente las emociones. El viaje comienza mirando dentro de nosotros mismos, pues sólo desde allí podremos enfrentarnos a nuestros miedos, crecer en autoestima y tomar las riendas de nuestras vidas.

La Metamorfosis
"El cambio es lo único que permanece en el tiempo", Friedrich Nietzsche

Aunque nos duela, el cambio es necesario para la evolución. Dicen que las orugas llaman crisis al nacimiento de las mariposas. Y así como las orugas, tras alimentarse lo suficiente, construyen un espacio de reclusión en el que dejan crecer sus bellas alas, los seres humanos deben cambiar el foco de atención que rige su vida de fuera a dentro. Y como las orugas, ya convertidas en mariposas, romper barra la inconsciencia y conquistar la libertad mediante la asunción de la responsabilidad personal.

Es importante profundizar en conceptos cada vez más demandados por nuestra sociedad, como el autoconocimiento, el desarrollo personal y la inteligencia emocional. Es básico en la vida comprometernos con el desarrollo de nuestro potencial y, como verdaderos escépticos, explorar lo desconocido. Atrevernos a cambiar aquello que no nos gusta o nos incomoda será pieza fundamental del rompecabezas de la felicidad, ya que ésta sólo la encontraremos en nuestro interior, en nuestra cotidianidad, en las circunstancias de nuestro ahora, pero es prioritario inyectarnos de los cambios necesarios para poderla detectar.

Reflexiona
¿Puedes cambiar tus circunstancias?
¿Puedes cambiar la actitud que tomas ante tus circunstancias?
¿Qué cambiaría si tomaras una actitud diferente frente a tus circunstancias?

martes, 13 de octubre de 2009

¿Controlas tu mente o tu mente te controla a ti?


¿Alguna vez has sentido la necesidad de "apagar" el constante flujo de pensamientos que te invade?
¿Eres consciente del impacto que tiene tu forma de pensar sobre tu manera de ser?
Hablando en términos científicos, la mente se define como el conjunto de procesos que realizan las células cerebrales (neuronas), que se manifiestan en forma de pensamientos. Sin embargo, su funcionamiento sigue siendo una incógnita para la mayoría de seres humanos, al igual que su potencial. Y es que la mente puede manipularnos, esclavizarnos o por el contrario, liberarnos.

De ahí que comprender cómo funcionan y de qué manera se pueden regular los pensamientos sea fundamental para crear un estado mental equilibrado, sereno y positivo, lo que nos permitirá afrontar de forma más efectiva los retos y dificultades que surgen en nuestro día a día.


¿Cómo funciona el pensamiento?
La base de nuestras palabras, actitudes y acciones está en el pensamiento. Y como una semilla, cada uno produce su propia flor y da su propio fruto. Los pensamientos pueden ser constructivos o destructivos, positivos o negativos, amorosos o rencorosos. Con el pensamiento generas una serie de emociones que fisiológicamente crean una experiencia en tu interior. Por lo tanto, aquello que pensamos y, sobretodo, cómo pensamos, determina aquello que vivimos. De ahí que la pregunta clave sea: ¿controlas tu mente o tu mente te controla a ti?

Pongamos un ejemplo…
Imagina a una persona que no está a gusto en su entorno de trabajo. No disfruta con lo que hace y siente la necesidad de dar un giro a su orientación profesional. Esta persona puede enfocar su situación de dos maneras muy distintas. Si piensa constantemente en lo mucho que le infravaloran, critica en su fuero interno a sus compañeros de trabajo y ya no digamos a su jefe, cada día se va desmotivando más y sintiéndose peor en su lugar de trabajo. Le cambia el humor y se desentiende de todo y todos, abandona cosas que le gustaban, hasta que finalmente, por extenuación, dimite. Eso sí, sigue pensando que la empresa es responsable de su situación y su malestar.

¿De qué otra manera podría enfocarlo?
Por el contrario, esta persona puede pensar que ése lugar de trabajo no le aporta suficiente, pero valora todo lo que ha aprendido en el tiempo que lleva allí. En vez de martirizarse con críticas inútiles, se dedica a pensar en qué opciones tiene para cambiar de entorno laboral y en qué le gustaría hacer para cambiar su orientación profesional, buscando otras ofertas o formación. Finalmente, dimite y se va a crecer a otro lugar. En su experiencia no cabe el rencor o el malestar, pues la decisión de entrar en esa empresa y salir de ella han sido solamente suyas, y asume esta responsabilidad. Así, su modo de pensar determina cómo vive su proceso de cambio profesional. Este simple ejemplo es aplicable a todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Por qué tendemos a pensar en negativo?

Por nuestra estructura mental, nuestras creencias y la escala de valores del sistema en el que vivimos. Caer y regodearse en lo negativo es siempre más fácil. Es un acto inconsciente y no requiere esfuerzo. Hemos creado una forma de vida que prioriza la evasión y el beneficio material ante todo. Con tanta sobreexposición a los estímulos que nos rodean, nuestras mentes están saturadas y nos dejamos invadir por creencias que nos limitan. Tal como dijo Ghandi, "es más fácil responder a la violencia con más violencia; lo que es verdaderamente difícil es responder a la violencia manteniendo la calma". Pero potenciar lo positivo, aunque puede que cueste más esfuerzo, es más beneficioso para nuestra salud emocional.

¿Se pueden controlar estos pensamientos negativos?

Sin duda alguna, pero hay que potenciar la "gimnasia mental", tener voluntad y mucha determinación. Nuestras mentes están débiles, abotargadas, en desuso. Hemos mecanizado tanto nuestras respuestas que apenas dejamos espacio entre el estímulo y nuestra reacción. Por ejemplo, si vas en coche y otro conductor te corta el paso, generalmente sueltas algún improperio acompañado de un sonoro bocinazo. No te planteas que el otro conductor quizás no lo ha hecho adrede, simplemente se ha despistado, algo que mañana te puede suceder a ti. Por supuesto, crear este espacio de consciencia requiere compromiso y entrenamiento.

¿Cómo podemos cambiar nuestra manera de pensar?
Observando y trabajando nuestro interior. Es importante que nos dediquemos un rato cada día a nosotros mismos. Aprender a controlar la respiración es un buen comienzo, además de profundizar en las técnicas de relajación, la visualización y, sobretodo, la meditación.

¿Propongo un ejercicio práctico?
Un buen ejercicio es parar, conectarse con la respiración y observar con atención nuestros pensamientos, aceptándolos y dejando que poco a poco la mente se vaya serenando. De este modo iremos creando un espacio de silencio en nuestra mente. En este punto, podemos "jugar" a recordar un momento feliz de nuestra vida, visualizándolo como si lo estuviéramos viviendo de nuevo, y poco a poco recrearemos la experiencia que tuvimos. Sentiremos los efectos del pensamiento imponerse en nuestro cuerpo: probablemente no podamos evitar sonreír, y físicamente nos relajaremos.

Así, aprender a controlar nuestros pensamientos puede cambiar nuestra manera de entender y vivir la vida…
Por supuesto. En la medida que nos demos el espacio necesario entre el estímulo externo y nuestra reacción, y reprogramemos nuestra mente a través del pensamiento consciente, cambiaremos la percepción que tenemos de nuestro entorno. Conectándonos a nosotros mismos y al momento presente podremos ser más capaces de "plantar" semillas de pensamientos positivos a través de los que podremos convertirnos en co-creadores de nuestras experiencias y, por ende, de nuestra realidad.

¿Y cómo podemos dirigir conscientemente los pensamientos?
Para poder cambiar los pensamientos primero hemos de ser conscientes de qué es lo que ocurre en nuestra mente. Para ello necesitamos centrarnos, ser conscientes de nosotros mismos y de lo que nos rodea, observar y decidir en qué dirección queremos dirigir los pensamientos. Los seres humanos no tenemos límites, sólo los que nos imponen nuestros propios pensamientos. Y mediante el entrenamiento adecuado, podemos utilizarlos y dirigirlos conscientemente, escogiendo qué y cómo queremos pensar. Así es como podemos conseguir la maestría en el arte de mantener la mente en equilibrio y lograr un bienestar verdadero y sostenible. La palabra clave en todo este proceso es "consciencia".

Reflexionando…
¿Qué pensamientos tienes cuando te despiertas?
¿Qué pensamientos son los que te roban tu energía?
¿Qué pensamientos y sentimientos te llenan de felicidad?

viernes, 9 de octubre de 2009

La patología de la normalidad...


"No es signo de salud el estar bien adaptado a una sociedad enferma", Jiddu Krishnamurti


El estilo de vida que propone (o impone) la sociedad en la que vivimos no conduce a la salud mental, al bienestar ni a la felicidad. Al menos, esta es la tesis que parece desprenderse del estado de la sanidad psiquiátrica en los países occidentales: incremento exponencial de la depresión, la ansiedad y el estrés. Y también del siempre silenciado suicidio.

Vivimos inmersos en la cultura de la hipervelocidad, en la que nunca hay tiempo para asimilar y asentar correctamente las experiencias que acumulamos día a día. Así, esta descarga emocional que no encuentra una vía de escape acaba por ser reprimida y sustituida, muchas veces, por falsas necesidades. Aquí es donde el consumismo entra en escena, a ritmo de impulso: ¿cuántas veces consumimos sexo, comida, cine, televisión, música…con el único objetivo de evadirnos? Y más importante, ¿cómo nos sentimos cuando se desvanece la eufórica satisfacción que ese consumo nos ha provocado?

Los expertos en psicología y coaching afirman que, tras el alivio momentáneo del malestar, suele regresar la sensación de vacío, síntoma inequívoco de frustración existencial. Si bien el camino marcado por la sociedad nos arrastra a la denominada "normalidad", ésta no suele conducir a la felicidad. Y es que nos han enseñado a buscar en el exterior todo aquello que sólo podemos hallar dentro de nosotros mismos.

La normalidad como síntoma
"Cada vez que se encuentre del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar", Mark Twain

Cuando llegamos a una cierta edad, lo "normal" es que nos establezcamos en un trabajo fijo, nos dediquemos a buscar piso y vendamos unos 20 o 30 años de nuestro tiempo a un banco cualquiera en aras de una hipoteca. En el caso de que tengamos pareja y llevemos un cierto tiempo de relación, lo "normal" es que nos casemos. Y más adelante, lo "normal" es que tengamos hijos. Al fin y al cabo, lo "normal" es aquello que es general o mayoritario, que ocurre habitualmente, por lo que no provoca extrañeza. También es aquello que sirve de norma o regla. Y como tal, pocas veces se cuestiona.

Pero, ¿quién decide qué es lo normal? ¿Dónde nos lleva la normalidad? Y más importante todavía: ¿seguir los cánones establecidos por la sociedad nos garantiza gozar de una vida plena? Más bien no. Sin embargo, los seres humanos tendemos a resistirnos a los cambios. Solemos tener miedo a lo diferente y a lo desconocido. Además, la falta de confianza y deautoestima juega en nuestra contra, pues nos lleva a imitar las conductas de la mayoría, buscando en ellas reafirmación y seguridad. Así, muchas veces terminamos por asumir como propios los criterios mayoritarios –"normales"–, pese a que en ocasiones no estén en consonancia con nuestros verdaderos valores y necesidades.

Lo cierto es que superar el condicionamiento sociocultural recibido no es un trabajo fácil. Cuando una persona sigue los patrones de conducta establecidos como "normales", es aceptada y acogida por su entorno. Incluso se considera que la salud mental consiste en adaptarse a los parámetros convencionales de una sociedad, sin importar si dicha sociedad está sana o enferma. Lo único que cuenta es si uno se ha adaptado. Y cuando alguien opta por vivir sin ajustarse el rígido corsé de la normalidad, renunciando a diluirse en la conducta mayoritaria, se le suele tachar, como poco, de "raro".

El coraje de ser uno mismo
"Se ríen de mí porque soy diferente; me río de ellos porque son todos iguales", Kurt Cobain


Salirse del camino establecido suele ser motivo de ridiculización y mofa. Sin embargo, es más sencillo caminar por la avenida que transita todo el mundo que iniciar una travesía ensolitario, tomando las riendas de nuestra vida y siendo coherentes con lo que verdaderamente queremos hacer. Y es que sólo podemos encontrar la dirección (nuestra dirección) escuchándonos y siguiendo los dictados de nuestra intuición.

La normalidad es el camino de la comodidad y el conformismo. Y aunque tiene sus ventajas, el precio a pagar es alto. Cada uno de nosotros nace con una semilla única y diferente a todas las demás, cuyo potencial sólo florece al seguir nuestro propio camino en la vida. De ahí la importancia de tener el coraje de ser nosotros mismos, desmarcándonos de los parámetros impuestos, que por lo general limitan y sepultan nuestra autenticidad.

Y es que lo establecido, lo convencional, lo conservador, lo viejo, lo de siempre y, en definitiva, lo "normal", es una posición existencial antinatural, puesto que todo está en continuo cambio y evolución. Así, para sanarnos de la patología de la normalidad hemos de ser honestos con nosotros mismos y tener el valor suficiente para convertirnos en la persona que podemos llegar a ser. Hoy es un buen día para dar el primer paso...

Reflexionando:
¿Qué peso tiene lo que piensan los demás en tu toma de decisiones?
¿Qué sientes si no cumples sus expectativas?
¿Qué pasaría si decidieras seguir tu propio camino?

jueves, 1 de octubre de 2009

Autodependencia

"Me acuerdo siempre de esta escena:

Mi primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía unos doce...

Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se llevó la mesa ratona por delante. Cayó sentado de culo en el piso llorando.

Se había dado un golpe fuerte y poco después un bultito del tamaño de un carozo de durazno le apareció en la frente.

Mi tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y mientras me pedía que trajera hielo le decía a mi primo: Pobrecito, mala la mesa que te pegó, chas chas a la mesa..., mientras le daba palmadas al mueble invitando a mi pobre primo a que la imitara... Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la enseñanza? La responsabilidad no es tuya que sos un torpe, que tenés tres años y que no mirás por dónde caminás; la culpa es de la mesa. La mesa es mala.

Yo intentaba entender más o menos sorprendido el mensaje oculto de la mala intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi primo le pegara a la mesa...

Me parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me parece siniestro: vos nunca sos responsable de lo que hiciste, la culpa siempre la tiene el otro, la culpa es del afuera, vos no, es el otro el que tiene que dejar de estar en tu camino para que vos no te golpees...

Tuve que recorrer un largo trecho para apartarme de los mensajes de las tías del mundo.

Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos.

Tengo que darme cuenta de la influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que hacer lo que hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable de lo que me pasa porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo controlar la mía. Puedo actuar libremente con lo que hago. Tendré que decidir qué hago. Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis ignorancias, con todo lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que esta es mi decisión. Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré que ser libre aunque a vos no te guste. Y si no vas a quererme así como soy; y si te vas a ir de mi lado, así como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir... cerrá la puerta, ¿viste? porque entra viento. Cerrá la puerta. Si esa es tu decisión, cerrá la puerta. No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que vos quieras. Te digo: cerrá la puerta porque yo me quedo y hace frío. Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable. Porque los autodependientes son inmanejables. Porque a un autodependiente solamente lo manejas si él quiere. Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.

Si sos autodependiente, de verdad, es probable que algunas personas de las que están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran quedarse. Bueno, habrá que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)"


TOMADO DE
http://miportalespiritual.com/cuentos/bucay26.htm

martes, 21 de julio de 2009

Todo pasa por algo...

Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que ésto pasa porque debe ser así para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Tú no sabes quienes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellos, sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda...

Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que si no superas estas cosas nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.

Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte; enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma.

Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa, sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura, más empañada y sin razón.

La gente que conocemos afecta nuestra vida. Las caídas y los triunfos que experimentamos crean la persona que somos. Siempre se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón, dale las gracias porque te ha enseñado la importancia del perdón, la confianza y a tener más cuidado de a quién se lo abres.

Si alguien te ama, ámalos tú a ellos, no porque ellos te aman, sino porque te han enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.

Haz que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás más adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.

Entabla una conversación con gente con quien no hayas dialogado nunca, escúchalos y presta atención.

Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho de hacerlo. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y créelo, si no crees en ti mismo, nadie más lo hará. Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela.

lunes, 11 de mayo de 2009

Aprende a ser feliz


"Una persona feliz no es alguien que se halla en una determinada serie de circunstancias, sino más bien alguien que adopta una determinada serie de actitudes".

Es tiempo perdido y pura utopía el preocuparse por hacer felices a los demás si nosotros mismos no lo somos; si nuestra trastienda está llena de escombros, llamas y agonía. Hay que comenzar, pues, por uno mismo. Sólo haremos felices a los demás en la medida en que nosotros lo seamos. La única manera de amar realmente al prójimo es reconciliándonos con nosotros mismos, aceptándonos y amándonos serenamente.
La medida para ser felíz es, pues, uno mismo; y cronológicamente es uno mismo antes que el prójimo. Ya constituye un altísimo ideal el llegar a preocuparse por el otro tanto como uno se preocupa por sí mismo. Hay que comenzar, pues, por uno mismo.

Quizás has tenido hasta ahora una vida muy difícil y llena de sufrimientos. Crees que esta tierra es un valle de lágrimas donde no puedes ser feliz debido a tus circunstancias. ¡Te equivocas! Nacimos para ser felices; tú debes reclamar ese regalo que la vida te ofrece cada día.

Primeramente, la felicidad no es algo que se siente automáticamente en toda circunstancia. Es un proceso, un modo de vida, un hábito que se aprende como cualquier otro. Segundo, no puedes dejar que otras personas determinen si vas a ser feliz o no. La felicidad debe provenir de ti mismo, no de los que te rodean. No des poder a otras personas para dártela o robártela.

A veces, nosotros mismos ponemos obstáculos a nuestra propia felicidad, al no aceptar lo que no podemos cambiar. El árbol que permanece plantado sin romperse es el que se dobla cuando viene la tempestad. No te enfrentes a quien no puedes cambiar o convencer. Simplemente calla y pon tus energías donde sí podrán dar buen fruto.

Quizás tu poca autoestima es el resultado de todo lo que te ha sucedido desde que naciste hasta el día de hoy. Sin embargo, tu auto imagen debe cambiar para poder aprender el hábito de ser feliz. Deja de sentir lástima de ti mismo y de verte como una víctima. Trata de hacer cambios en tu comportamiento y en tu actitud según sea necesario. Tenemos que aceptar lo que no podemos cambiar, pero debemos tratar de cambiar lo que está a nuestro alcance cambiar.

Por otro lado, el árbol que más sano crece es el que está plantado a las orillas del río. Llena tu vida de verdaderos valores y felicidad sincera, para que ésta perdure.


Puesto que la felicidad es algo que la vida te ofrece pero que tú decides aceptar, debes aprender a cuidarte y tratar de ser feliz diariamente, a pesar de todo lo que te suceda. Aprende día a día ese hábito y en pocos años será parte de ti mismo. Cada vez que te sientas solo, triste o deprimido, repite la frase: "tengo derecho a ser feliz, y nací para ser feliz".

Aprendemos nuestros comportamientos y recibimos nuestra autoestima de las personas que nos rodean desde que nacemos. Ellas nos escucha o nos ignoran; nos maltratan o nos dan amor; nos mandan a callar o nos dan la respuesta que necesitamos. Según los expertos, al llegar a la adolescencia las personas ya han aprendido que son lindas o feas, inteligentes o tontas, trabajadoras o vagas. Nuestra mente ha sido programada y dicha programación, si es negativa, a veces hay que cambiarla.

Atrévete a cambiar aquellas programaciones que la sociedad te haya impuesto desde pequeño y decídete a vivir felíz, cada minuto que pase sin serlo habrá sido perdido en tu vida...

lunes, 6 de abril de 2009

Soledad...

La soledad no es el silencio, es el reencuentro consigo mismo.

Amigos, hoy quiero profundizar acerca de esta frase... sin duda alguna la soledad, estar solo y sentirse solo son tres cosas muy distintas.

La soledad puede ser una sensación aún estando rodeados de personas, estar solo es eso.. es no tener a nadie más cerca y sentirse sólo para mi es el efecto negativo de la soledad.

Cuando estamos rodeados de personas muchas veces perdemos la oportunidad de conocernos, de acudir a ese encuentro con nosotros mismos y saber cómo somos realmente y qué llevamos dentro.

Hoy en día cada vez hay gente más sola en el mundo y en las grandes ciudades y yo invitaría a todas esas personas a rescatar la mejor parte de esa soledad y a aprovecharla para hacer una introspección y enfrenternos a nosotros mismos para poder sacar lo mejor de ese momento...

En la vida revisarnos y auto explorarnos nos servirá siempre para ser mejores y muchas veces para lograrlo necesitamos de estar solos.... finalmente después de ese ejercicio, podemos lograr ser más felices a fin de cuentas a eso venimos al mundo...

viernes, 20 de marzo de 2009

martes, 17 de marzo de 2009

He aprendido...

He aprendido....que nadie es perfecto hasta que no te enamoras.
He aprendido que....la vida es dura pero yo lo soy más!!
He aprendido que....las oportunidades no se pierden nunca las que tu dejas marchar...las aprovecha otro.
He aprendido que....cuando siembras rencor y amargura la felicidad se va a otra
parte.
He aprendido...que necesitaría usar siempre palabras buenas... porque mañana quizás se
tienen que tragar.
He aprendido...que una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
He aprendido...que no puedo elegir como me siento...pero siempre puedo hacer algo.
He aprendido que...cuando tu hijo recién nacido tiene tu dedo en su puñito... te tiene enganchado para toda la vida.
He aprendido que...todos quieren vivir en la cima de la montaña...pero toda la felicidad
pasa mientras la escalas.
He aprendido que...se necesita gozar del viaje y no pensar sólo en la meta.
He aprendido que...es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias... cuando son pedidos y
cuando de ello depende la vida.
He aprendido que...cuanto menos tiempo derrocho... más cosas hago.

He aprendido que sigo aprendiendo y que la vida siempre será eso: un eterno aprendizaje...

jueves, 12 de marzo de 2009

Para Reflexionar Triunfador vs Perdedor...


Un triunfador es PARTE DE LA SOLUCIÓN.
Un perdedor es PARTE DEL PROBLEMA.

Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo. . .”
Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra…”

Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros.

Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
Un perdedor se siente víctima durante las adversidades.

Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo.
Un perdedor cree que existe la mala suerte.

Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno.
Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar.

Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar.

Un triunfador dice: "Soy bueno, pero puedo mejorar".
Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros".

Un triunfador sabe escuchar, comprende y responde.
Un perdedor interrumpe y no espera que llegue su momento de hablar.

Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos.

Un triunfador consigue "ver el bosque en su totalidad".
Un perdedor se fija sólo “en el árbol que le toca plantar".

Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo.
Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”.

Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo.
Un perdedor está siempre “muy ocupado” o “muy cansado” y no tiene tiempo para los suyos.


No importa que tan fuertes sean tus creencias. Si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos sigues siendo parte del problema, no de la solución ....

jueves, 5 de marzo de 2009

El Éxito...

El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina.
No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste.

No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.

No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces.

No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social.

No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.
El Éxito…….. Se debe a cuanta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.
Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuanta gente ayudas,a cuanta evitas lastimar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.

De si tus logros no hieren a tus semejantes.

Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.

Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si fuiste arrogante o humilde, soberbio o considerado, si fuiste exigente o tolerante.
Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.

No es acerca de cuantos te siguen si no de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, si no cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo.

Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más...

ESTO ES EL ÉXITO!

martes, 3 de marzo de 2009

La verdadera crisis...

El viernes 21 del mes pasado, la sección Vida ! trajo un artículo del servicio de noticias del New York Times, quizá pasado por alto por algunos lectores, pero merecedor de una discusión seria en las aulas y fuera de ellas: "Son motivo de pena celulares sencillos; comparan equipos con símbolos de estatus tradicionales".

El texto cuenta la experiencia de Chris Glionna, supervisor de restaurantes de una conocida compañía, con su viejo celular. Como el teléfono le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera fuera de moda. Pero... (siempre hay un pero) sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su "pisapapeles" del maletín. Llegó a sentirse tan avergonzado que hace un par de meses lo cambió por un BlackBerry.

En la pasada Feria del Libro escuché una tesis muy interesante del Dr. Alejandro Morton: la crisis de Estados Unidos se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que los norteamericanos tienen en ellos mismos; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será así.

El domingo pasado, la carta de un lector, Julián Villarreal, coincide con Morton: "... a nivel social no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué".

Pocas cosas hay más tensionantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, cirugías, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos. Y esa regla se ha olvidado.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar. Porque es muy cómodo justificar nuestros excesos o actos absurdos transfiriendo la responsabilidad a una entidad abstracta (la sociedad), en vez de asumirla nosotros en concreto.

¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro celular viejo? La risa es buena y si no les gusta el celular pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del celular, a menos que éste lo acepte.

Cuando se estudia un guión cinematográfico se aprende a crear personajes creíbles. Debemos pensarlos y darles una personalidad con un carácter, una caracterización y una característica que los distinga de los demás.

La característica la usamos todos cuando describimos a alguien ante quienes no lo conocen: "Es un señor medio gordito, de sonrisa muy agradable" o "Es una mujer bajita, de ojos azules y muy mandona".

Malo el cuento cuando esa característica se transfiere a una de sus posesiones: "Es el chavo del convertible rojo" o "La señora que usa puras bolsas de marca y tiene una casa enorme" o "Es el director que siempre anda a la moda". Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.

Un amigo muy cercano (no mexicano), es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por accidente tras años de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable a todo y disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida.

Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social. Las eluden quienes sí se conocen y valoran lo esencial, no lo accesorio.

El vacío personal no lo llena ni los closets giratorios, ni los carros de lujo, ni las joyas exclusivas. La satisfacción de los consumidores insaciables no viene de poseer las cosas, sino de presumirlas ante los demás.

¿Tiene usted un celular del que sus "amigos" se ríen cuando lo usa? Ríase con ellos y úselo hasta que guste. ¿Le duelen las burlas? Entonces cambie de amigos, no de celular. Es lo justo.

martes, 24 de febrero de 2009

A cierta edad...


Dicen algunos que, a cierta edad, después de los cuarenta, nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina, y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.
Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable.
Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas y que no necesito que me venga a salvar un príncipe azul en su caballo blanco, por que ni soy una princesa, ni vivo en una torre, ni tengo a un dragón que me esté custodiando.
Hoy me reconozco mujer, capaz de amar.

Se que puedo dar sin pedir, pero también se que no tengo que hacer nada, ni dar nada que no me haga sentir bien.
Por fin encontré, hasta ahora, al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, y de equivocarme, de no responder a las expectativas de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas.
Y a pesar de ello, sentirme bien.
Y por si fuera poco, saberme querida por muchas personas que me respetan y me quieren por lo que soy, si,… así un poco loca, mandona y muchas veces terca. También cariñosa, platicadora, besadora, abrasadora y a veces por algún motivo, triste, por que también tengo mis momentos tristes, esos en que pongo mi cara larga con un aire de pensante y me da por llorar.
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui en el pasado,... sonrío a la que soy hoy,... me alegro del camino andado y asumo mis errores.
¡Qué bien no sentir ese desosiego permanente que produce correr tras los sueños!
¡Que bien! Ya aprendí a tener paciencia.
El ser humano tarda mucho en madurar,… ¿verdad?
Hoy sé, por ejemplo, que no puedo retener el mar, aunque cuando estoy “con él”, quisiera nunca tener que dejarlo…
Hoy sólo lo contemplo, me lleno “de él”. Y cuando llega el momento de partir, me despido diciéndole: Hasta pronto!!

También hoy sé que mis amigos y amigas son peregrinos del mismo camino, y que en cualquier momento nos encontramos y nos queremos.
Hoy sé que nadie es responsable de mi felicidad, solo yo!!!
Hoy sé que el viento extiende sus brazos cuando camino por la calle. Y que solo depende de mí sentirlo.
Hoy sé que la vida es bella……. Porque la he visto partir ya muchas veces...

Hoy vivo la vida así como es, bonita con sus ires y venires, con sus amores y desamores, con sus ratos de marea baja, con sus puestas de sol, con su ruido incesante.
Sólo quiero dejarla correr. No quiero pedirle nada. Sólo quiero tener lo que yo me busque, sólo quiero lo que yo merezca...
Hoy me doy cuenta que no soy una mujer invisible…
Ya aprendí que DIOS o una fuerza mayor, siempre están en mi camino!!!!

martes, 17 de febrero de 2009

Reflexión...

La vida es muy corta como para levantarse de mal humor.
Ama a las personas que te tratan Bien,
Ama aquellas que no lo hacen solo porque tu si puedes hacerlo.
Créelo, todo pasa por una razón.
Si tienes una segunda oportunidad tómala con las dos manos,
Si esto cambia tu vida, adelante.
Besa despacito
Perdona rápidamente
Nadie nunca dijo que la vida sería fácil.
Pero te prometo que valdrá la pena...

lunes, 16 de febrero de 2009

El arte de vencer se aprende en las derrotas...


Amigos, espero que estén muy bien, agradezco sus comentarios y visitas.
Hoy les dejo este pensamiento, sobre todo para aquellos amigos que se sienten un poco tristes porque no les han salido las cosas muy bien y en especial para mis amigos y amigas lectores Venezolanos, que están algunos un poco pesimistas al sentir que han perdido con algunas "luchas" dentro de su país...

Sin ningún afán de participar en política y únicamente con la intención de ayudarte a ver hacia adelante!

"El arte de vencer se aprende en las derrotas".

Simón Bolívar

lunes, 2 de febrero de 2009

FELIZ CRISIS Y SALDREMOS ADELANTE!!!


"ALGO MUY GRAVE VA A SUCEDERLE A ESTE PUEBLO"
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14.
Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: 'No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo'.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
'Te apuesto un peso a que no la haces'. Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla, Y él contesta: 'es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo'.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice : Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.

¿Y por qué es un tonto?
Porque no pudo hacer una carambola sencillísima según el preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Y su madre le dice: No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero: 'Deme un kilo de carne', y en el momento que la está cortando, le dice: Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado'.

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: 'mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas'.
Entonces la vieja responde: 'Tengo varios hijos, mejor déme cuatro kilos...'
Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde alguien dice: ¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
Sí, pero no tanto calor como hoy.

En el pueblo todos están alerta y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: 'Hay un pajarito en la plaza'. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
Pero señores,dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.
Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve hasta que todos dicen: 'Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos'. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: 'Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa', y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: ¿Vistes m'hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?

Esto se llama la profecía auto cumplida.

"No hagas caso del rumor" No seas tú mismo un instrumento para crear el caos. Lo negativo atrae a lo negativo. ¡SÉ POSITIVO!

¡¡¡TRATEMOS DE CONSTRUIR.... NO DE DESTRUIR!!!

FELIZ RECESIÓN y vamos a salir adelante.

jueves, 22 de enero de 2009

El amor es Química y ... algo de amistad


El amor se suele considerar indefinible, porque unos lo ven con Freud como una sublimación del sexo, otros con Fromm como una de las bellas artes, y otros le aplican la palabra al gato. Pero ¿y si los tres tienen razón?
La antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, se basa en sus experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) y en el resto de la evidencia disponible para defender una definición tripartita del amor. Primero el impulso sexual indiscriminado, una fuerza autónoma que desata la búsqueda de pareja en cualquier acepción del término; luego la atracción sexual selectiva; y por último el cariño, el lazo afectivo de larga duración que sostiene a las parejas más allá de la pasión.

Son tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados. Y tienen una profunda raíz evolutiva común, porque su balance controla la biología reproductiva de las especies. El impulso sexual, la primera fase del amor, está regulado por la testosterona (masculina) y los estrógenos (femeninos) en el común de los mamíferos, más bien por la testosterona en los primates, y casi exclusivamente por la testosterona en el Homo sapiens.

Los hombres con más testosterona en la sangre tienden a practicar más sexo, pero también las mujeres suelen sentir más deseo sexual alrededor del periodo de ovulación, cuando suben los niveles de testosterona. El declinar de esta hormona con la edad va asociado a la reducción de todos los tipos de libido, incluidas las fantasías sexuales.

La testosterona no se relaciona con los gustos preferenciales, sino más bien con los genéricos. Los psicólogos del Face Research Laboratory de la Universidad de Aberdeen, Reino Unido, acaban de demostrar, por ejemplo, que los altos niveles de testosterona -incluso en el mismo hombre, cuando varían en distintos momentos- se correlacionan con su gusto por los rasgos de la cara asociados a la feminidad, en genérico, como ojos grandes, labios llenos, etcétera. De modo similar, muchos estudios han mostrado que los juicios de las mujeres sobre el atractivo masculino están afectados por los niveles de las hormonas sexuales.

Varios experimentos han cartografiado las zonas del cerebro que se activan al enseñar a los voluntarios una serie de fotos de contenido erótico explícito. Aunque los resultados son complicados, una de las activaciones más reproducibles y proporcionales al grado de excitación sexual declarado por el sujeto es el llamado córtex cingulado anterior. En un experimento independiente, esta misma zona resultó activarse cuando el equipo del voluntario metía un gol, una coincidencia que admite varios tipos de interpretación. O tal vez ninguna.

La segunda fase es el amor romántico, el amor en sentido clásico de la palabra enamorarse. Es un rasgo humano universal, y su característica definitoria es la atracción sexual selectiva. Por esta razón, los etólogos creen probable que el amor humano haya evolucionado a partir del ritual de elección de pareja, o cortejo de atracción típico de los mamíferos. Parece confirmarlo el hecho de que, en casi todos los mamíferos, ese cortejo se caracteriza por un notable despliegue de energía, persecución obsesiva, protección posesiva de la pretendida pareja y belicosidad hacia los posibles rivales.

Pero hay una diferencia. "En la mayoría de las especies", dice Fisher, "el ritual de elección de pareja dura minutos u horas, como mucho días o semanas; en los humanos, esa fase temprana de intenso amor romántico puede durar de 12 a 18 meses". Un año y medio para elegir pareja, ya está bien con el ritual de cortejo.

Según han documentado los antropólogos en 147 sociedades humanas, el amor romántico empieza "cuando un individuo empieza a mirar a otro como algo especial y único". Luego el amante sufre una deformación perceptiva por la que agiganta las virtudes e ignora las sombras del otro. Las adversidades estimulan la pasión, las separaciones disparan la ansiedad.

Son los signos de un alto nivel de dopamina en los circuitos del placer del cerebro, y así lo han confirmado los experimentos de imagen. Por ejemplo, enseñar a un voluntario una foto de su amada activa las rutas de la dopamina en los circuitos del placer. Estos circuitos guían gran parte de nuestro comportamiento -ni comer nos gustaría si no fuera por ellos-, y son los mismos que se activan en el ritual de cortejo, o de elección de pareja, de la mayoría de los mamíferos.

La hipótesis de Darwin era que las hembras elegían a sus parejas basándose en su "sentido innato de la belleza", pero la situación, al menos en la especie humana, parece haber sufrido todo tipo de complicaciones. El equipo de Steve Buss, de la Universidad Estatal de California en Fullerton, ha demostrado que el mismo hombre les parece más deseable a las mujeres si aparece rodeado de mujeres que cuando aparece solo, o rodeado de otros hombres. Por el contrario, una mujer pierde puntos ante los hombres si aparece rodeada de otros hombres. La interpretación no está muy clara, pero aquí hay algo que parece escapar del mero romanticismo. Hay otra componente más en en la elección de pareja. Cuando los investigadores preguntan a grupos de estudiantes heterosexuales cuáles son los atributos que más valoran para formar una pareja, cada estudiante parece buscar los mismos rasgos que se atribuye a sí mismo en un test independiente.

Pero el amor romántico, con ser larguísimo en el ser humano, no suele durar más allá de un año o año y medio, y los cachorros de nuestra especie están completamente inválidos a esa edad. Hace falta otro mecanismo que prorrogue los lazos afectivos, y lo hay. La pista vino de dos especies de topillos.

El topillo de la pradera (Microtus ochrogaster) tiene un comportamiento familiar intachable. Las parejas son fieles hasta que las muerte las separa, e incluso el 80% de los topillos no vuelven a contraer matrimonio tras enviudar. Los dos cónyuges colaboran sin rechistar en el cuidado de la prole, y suelen vivir con los suegros en paz . Todo lo contrario que su especie hermana, el topillo de la montaña, Microtus montanus: hoscos, enclaustrados en sus madrigueras individuales, traidores con sus parejas; los machos no cuidan de la prole en absoluto, y las hembras abandonan a las crías a las dos semanas de parirlas.

Larry Young, de la Universidad de Emory, descubrió que la buena fama de Microtus ochrogaster sólo es cierta como promedio: muchos topillos de la pradera son fieles y empalagosos, en efecto, pero otros son tan traicioneros y correosos como sus primos de la montaña. Ello le permitió hallar que la causa de esas diferencias entre individuos es un solo gen que evoluciona muy deprisa. El gen fabrica el receptor de la vasopresina.

La vasopresina es una hormona capaz de alterar el comportamiento, pero necesita acoplarse a un receptor situado en las neuronas para ejercer sus efectos. Los topillos que llevan una versión muy activa del gen tienen mucho receptor de la vasopresina en el cerebro, y por tanto son fieles y empalagosos. Los que llevan una versión poco activa tienen poco receptor y por tanto son traidores y malencarados.La versión de alta actividad predomina entre los topillos de la pradera -de ahí la buena fama de la especie-, y la de baja actividad es la norma entre los primos de la montaña, pero cada topillo es un mundo.

Los científicos empezaron a analizar ese gen en las personas y a comparar sus variantes con sus perfiles psicológicos. También añadieron a sus investigaciones otro gen similar que tiene también la capacidad para evolucionar muy rápido, el del receptor de la oxitocina.

Los dos genes están relacionados con la oxitocina y la vasopresina, dos hormonas que afectan al circuito del placer (o de la recompensa) cerebral. Estas hormonas actúan a través de unos receptores situados en las neuronas de esos circuitos. Los dos genes clave fabrican el receptor de la oxitocina y el receptor de la vasopresina.

Hasse Walum y sus colegas del Instituto Karolinska, en Estocolmo, han estudiado recientemente a 552 pares de gemelos o mellizos, y a sus parejas. Han analizado su gen avpr1a (el receptor de la vasopresina) y los han sometido a pruebas para evaluar sus "índices de calidad en la relación marital" y de "vinculación con la pareja". El 32% de los hombres con el gen variante permanecen solteros (frente al 17% con el gen estándar), y todos sus índices de "calidad marital" y vinculación afectiva son significativamente menores.

Cuando una topilla de la pradera recibe una dosis cerebral de oxitocina, se siente vinculada de inmediato al macho que esté más cerca en ese momento, y de forma perdurable. En humanos se ha hecho una prueba similar, pero con dinero. Un equipo de economistas y psicólogos suizos demostró que una simple inhalación de un aerosol de oxitocina hace que la gente confíe más en los extraños y, por ejemplo, les preste mucho más dinero en una situación ficticia (pero con dinero real puesto por el voluntario).

Ambos genes evolucionan muy deprisa y producen variantes (alelos) de mayor o menor actividad, con efectos similares a aumentar o disminuir la cantidad de las hormonas. Ya se ofrecen por Internet productos como Enhanced Liquid Trust basados en la oxitocina, "diseñado para mejorar el área de citas y relaciones en tu vida".

Pero el amor se parece mucho al amor propio. Lisa DeBruine, de la Universidad McMaster de Ontario, reclutó hace unos años a un grupo de voluntarios para jugar por Internet a una especie de dilema del prisionero. Cada voluntario podía ver en el ordenador la cara del otro jugador, y sólo con eso tenía que decidir si compartía con él su dinero o intentaba hacerle una pifia. La pifia, en realidad, se la había hecho DeBruine a todos los voluntarios, porque al otro lado del ordenador no había nadie. El supuesto jugador no era más que un programa, y las caras habían sido generadas por métodos informáticos. El resultado fue que la mayoría de los voluntarios había decidido compartir su dinero candorosamente cuando la cara del otro jugador era... ¡la suya propia!

Si hay una cuarta fase del amor, lo más probable es que esté al otro lado del espejo.

Con información de EL PAIS.

viernes, 9 de enero de 2009

La verdadera CRISIS, la incompetencia

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos nuestro talento y nuestras habilidades para encontrar las soluciones. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”


Albert Einstein

miércoles, 7 de enero de 2009

Feliz año 2009

Queridos lectores, les deseamos un año 2009 lleno de cosas buenas y esperamos que contemos con su preferencia.

Un abrazo