viernes, 3 de octubre de 2008

Cuando la tristeza se convirtió en depresión ...

Alejandra es una mujer, profesionista, casada, muy felíz con dos hijos y exitosa, es una de esas mujeres que creen fervientemente en el amor a su pareja y a sus hijos... en la maravilla de la familia.
Un día su esposo se queda sin trabajo y comienzan a tener problemas, él busca empleo y no consigue, ella se convierte en el sostén de su familia... Pero además, es la madre de dos niños que le demandan tiempo, dedicación y todo aquello que implica desempeñar el trabajo más duro e importante que hay en la vida: ser madre.

Alejandra comienza a sentirse triste y deprimida pues José, su esposo, no logra conseguir trabajo con el paso de los días y ella lo nota "cómodo" de alguna forma con la situación de que sea ella quien lleve la "carga" ...
Aquella mujer cargada de energía y alegría de ayer se comienza a perder, todo son dudas, calvarios, pruebas y dificultades ahora... El amor comienza a "rasparse", nada es lo mismo...

Ale llega a mi consultorio, en busca de una terapia que la ayude a encontrar su camino de nuevo en medio de la profunda depresión que ya la aqueja. No sabe lo que quiere, no sabe si quiere a José, si está harta de él, no siente ningún apoyo, carga con todo y cada día las cosas se complican en su vida y con sus hijos, que han comenzado a desubicarse por la situación que se vive en casa, por ello me busca.
Hablamos, hacemos terapia, comentamos su realidad e indago en su interior. Ale, esta destruida moral y emocionalmente, se siente partida. Ha abandonado su parte de mujer, se ha olvidado de si misma, completamente metida en la espiral de sus problemas económicos que le pesan como una carga inmensa, también ha comenzado de alguna forma a "abandonar" a sus hijos, no le quedan fuerzas ni para escucharlos. La energía la derrocha en sus angustias y en sus pesares.

No me será fácil "levantarla" pero debo decir que ella aún con toda la situación pone mucho de su parte para salir adelante...
Después de varios meses de terapia, Ale comienza a sentirse mejor, factores externos "cooperan" con ello, José ha conseguido trabajo y la situación personal, familiar y de pareja mejora poco a poco...
Hoy se ha curado, sin duda el haber vivido todo esto la ha hecho mejor, ya sabemos "lo que no mata nos hace más fuertes".
Ha comenzado una nueva vida, pero podrían haber muchas pruebas más como estas... hay que estar preparados, nadie puede asegurar lo contrario.

La depresión es una enfermedad, con cuestiones físicas y mentales que un especialista debe tratar a tiempo. Una cosa es estar "tristes" otra es estar deprimido. Es por ello, que si Tú al leer esta historia te sientes identificado(a) y crees que puedes estar pasando por ella, conviene que acudas a un especialista a tratarte.

Nadie nos dijo que la vida sería fácil, pero en la actualidad es más complicada aún y en particular a muchas mujeres les ha cambiado, algunas para bien, otras estoy segura que se identificarán con Ale por las demandas crecientes para el género femenino en el mundo moderno.
Por ello decidí contarles esta historia, conservando como siempre el nombre real de la protagonista en el anonimato, por el lógico interés propio de la involucrada.

2 comentarios:

aobsar dijo...

Yo también pasé por lo mismo, una primera vez y una segunda..con mi pareja, pero siempre he dicho que al día siguiente volverá a salir el sol por más fuerte que sean las tormentas...y es más, si se dice que el amor se escribe con P=Paciencia, afirmo y reinvindico que hay una S= sacrificios. Por que en ello se basa la fórmula: AMOR = P+S (PACIENCIA MAS SACRIFICIOS)...ahora he tenido que dejar familia y hogar por el trabajo, me encuentro solo a distancia, añorando mis ratos libres con ella (mi esposa) y mis hijos (dos también), no cabe duda que cuando somos esposos de firme convicción nada puede alterarnos más que sentirnos a veces solos o alejados...pero vínculos y lazos fuertes es lo único que nos puede mantener firmes en la vida. Yo también fui a terapias de familia, y aún hoy, no dejo de formarme mejor personalmente. No dudo que pretendo una mejoría familiar a costa de todo y ello, mediante los sacrificios que podamos hacer juntos, hemos pasado -dije antes- muchas penurias pero siempre con la convicción que Dios o algo que se parece jamás nos abandonó, ni faltó un plato de comida en la mesa familiar, ni siquiera ratos de verdadera felicidad "juntos", pues así se vive y es el estímulo de hacer hogar-familia-unidad...valdría la pena que el esposo encuentre trabajo pronto, de lo que sea, y muchas veces no aspiras a vanaglorias, sino a lo que nos propone la suerte...creo que empezar de nuevo es bueno y satisfactorio, nos forma moralmente, profesionalmente, espiritualmente...siempre debemos volver a empezar pero juntos.

Mía dijo...

De verdad te felicito por tu constancia y esfuerzo para mantener tu relación de pareja. De eso se trata cuando decidimos formar una familia... Debo decirte que son muy afortunados tu esposa y tus hijos y tu también, porque muchas familias se quiebran precisamente por la falta de ese esfuerzo... un abrazo y mil gracias por comentar, esperamos que regreses a este tu blog...